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martes, 15 de enero de 2013

Pequeñas razones para valorar la vida.

Vivir cada milésima de segundo de aquellas pequeñas pasiones día a día. 
Me apasionan las chicharras cantando los días de mucho calor en verano, las flores de los árboles caer. 
Me apasiona el olor a familias reunidas de los domingos, pasar por la calle sola y sentir el peculiar olor de los asados de fin de semana. 
Me apasiona apreciar el silencio después de tanto ruido.
Me apasiona ver las estrellas en noches de verano, en silencio y soledad. 
Me apasionan los amaneceres en las playas, con aquellas personas que más quieres. 
Me apasionan los besos lentos y puros, cada respiración que hay entre ellos, abrir los ojos cuando me besan, para saber si la otra persona lo está viviendo a pleno. 

Tomate un minuto de tu vida y ponte a pensar aquellas pequeñas pasiones, para tener en cuenta cuando las vivas, para aprovechar cada centésima de segundo de los momentos, para saber apreciar la vida. Para darte cuenta que no todo es un corazón roto, que hay cosas por las que vale la pena vivir.

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