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jueves, 9 de mayo de 2013

Y cuando te das cuenta, ya no te queda nada.

Lo triste del final es aceptar, es darse cuenta que el olvido pudo más. Que el tiempo todo se llevó. 

Duele demasiado, cuando ya no reconoces esas voces que tanto dijeron, cuando las miradas se esfuman en un solo parpadear. Duele olvidar, duele el final.

Aceptar que hay que seguir, que hay que superar, que esas voces no volverán, pesa tanto.

De un día para el otro ya no reconoces todo lo que algún día te hizo sonreír, se te olvidan los detalles, sólo te quedan fotos y alguna que otra ilusión que jamás se cumplió.

Y de que sirve? De que sirven los recuerdos si lo único que hacen es el mal? De que sirven los detalles si después de un tiempo ya no están?

Lo peor de los finales son los recuerdos que vienen y se van, lo peor de los recuerdos es que siempre se borran con el tiempo, lo peor del tiempo es que siempre termina en el olvido, lo peor del olvido es que siempre está en el final, y es triste decirlo, pero todo lo que termina, termina mal. 

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