
Ya tenía fijada la meta, ya sabía lo que me esperaba. Sabía que no todo iba a ser color de rosa. Estaba tratando con alguien diferente, desconocido y radical.
Pero sin embargo no tuve miedo a lo desconocido y me arriesgué.
Cada palabra que salía de su boca era un "quizás". Quizás mañana te quiera, y pasado te deje de querer. Quizás lo que te diga no sea cierto pero tenga algo de verdad en el fondo.
Pese a todos los quizás que se me cruzaron, por alguna razón estaba dispuesta a sufrir, a ponerle el pecho a las balas y esperar lo que se venga. Estaba dispuesta a derrochar lágrimas por las noches, y soñar despierta todo el día. Y quien dice, tal vez la vida me está devolviendo lo que ya he hecho, y quizás un día le llegue el turno a el también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario