Siempre besando para olvidar, sin compromiso alguno. Y en este juego que dice llamarse amor, el que aguante las sonrisas que brotan de tu boca cada tanto cuando lo ves, es quien gana.
Sabemos bien que no somos más que dos simples escondites que quieren encontrarse una vez cada tanto, que ninguno de los dos se lleva el primer puesto. Competimos para ver quien resiste más cuando los dos sabemos que eso de competir solo es una excusa.
Y el que se enamora pierde, así como siempre. Pero es difícil ganar cuando los dos ya perdimos hace ya rato, cuando preferimos las sombras, los lugares escondidos, cuando nos curamos a besos, y nos arruinamos a sonrisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario